Quizá lo más relevante del gran incendio fueran sus consecuencias. Por un lado, la historiografía cristiana señala este hecho como la raíz de la primera persecución a los cristianos, ya que, tras el incendio, Nerón culpó a éstos de haber provocado el fuego, y muchos cristianos fueron ajusticiados por ello. Por otro, en el espacio liberado por las llamas Nerón hizo construir uno de los símbolos de su megalomanía, a saber, la Domus Aurea, la Casa de Oro, un palacio de proporciones desmedidas y de gran lujo que ocupó buena parte del centro de la ciudad.
miércoles, 25 de mayo de 2016
Gran incendio en Roma
Se conoce como Gran incendio de Roma al incendio que arrasó parte de la ciudad de Roma durante el verano del año 64, reinando Nerón como emperador. Su auténtica significación y alcance son motivo de disputa, ya que las fuentes primarias, principalmente el historiador Tácito, que tratan sobre el incendio son pocas, y se contradicen en ciertos aspectos. No obstante, parece claro que el incendio se inició o la noche del 18 al 19 de julio del año 64, o la noche del 19 de julio, y que la ciudad ardió por espacio de al menos cinco días. La destrucción que causaron las llamas fue importante; según Tácito, cuatro de los catorce distritos de Roma fueron arrasados, y otros siete quedaron dañados. Algunos monumentos de la ciudad, como el templo de Júpiter y el hogar de las vírgenes vestales fueron pasto de las llamas.
Quizá lo más relevante del gran incendio fueran sus consecuencias. Por un lado, la historiografía cristiana señala este hecho como la raíz de la primera persecución a los cristianos, ya que, tras el incendio, Nerón culpó a éstos de haber provocado el fuego, y muchos cristianos fueron ajusticiados por ello. Por otro, en el espacio liberado por las llamas Nerón hizo construir uno de los símbolos de su megalomanía, a saber, la Domus Aurea, la Casa de Oro, un palacio de proporciones desmedidas y de gran lujo que ocupó buena parte del centro de la ciudad.
Quizá lo más relevante del gran incendio fueran sus consecuencias. Por un lado, la historiografía cristiana señala este hecho como la raíz de la primera persecución a los cristianos, ya que, tras el incendio, Nerón culpó a éstos de haber provocado el fuego, y muchos cristianos fueron ajusticiados por ello. Por otro, en el espacio liberado por las llamas Nerón hizo construir uno de los símbolos de su megalomanía, a saber, la Domus Aurea, la Casa de Oro, un palacio de proporciones desmedidas y de gran lujo que ocupó buena parte del centro de la ciudad.
Calígula (37-41 d. C.)
Su nombre real fue Cayo Julio César Germánico. En su niñez acompañó a su padre en sus campañas, siendo objeto de aprecio por parte de los soldados, que le apodaron de forma cariñosa "Calígura", diminutivo de Caligae, las botas-sandalias militares de la época. Calígula asume el poder el 13 de marzo del año 37. El testamento de Tiberio le dejaba el poder junto al nieto de este, Tiberio Gemelo. Con la ayuda del prefecto del pretorio, Q. Nevio Sutorio Macro, este anuló el testamento y se declaró emperador. Calígula había estado junto a Tiberio en su estancia en Capri y se había congraciado con él. El 28 de marzo, hacía una entrada triunfal en Roma, debido a que el recuerdo de su padre, el gran general Germánico, unido a la alegría por la muerte de Tiberio y la sed de juventud, hacía augurar buenos tiempos. Los primeros seis meses fueron bastante prometedores. Calígula repartió una serie de recompensas monetarias a los pretorianos, a las tropas urbanas y a las fronterizas. Absolvió a todos los condenados y exiliados del régimen de Tiberio y los alentó a volver a Roma. Pero, después de seis meses de reinado, cae gravemente enfermo y cambia radicalmente su forma de gobernar, aunque no se conoce qué enfermedad padeció. Sin embargo, Calígula continuó con sus buenos actos, publicando sus gastos personales y reformando profundamente las políticas económicas del Imperio. No obstante, ordenó una serie de asesinatos sin juicio, incluyendo a Macro, que lo elevó al trono.
Entre 38 y 39 se desencadenó una grave crisis económica debido a la quiebra del emperador, quien había vaciado las arcas imperiales en numerosos juegos, banquetes, recompensas monetarias y en la construcción de obras públicas. Comenzó a multar e incluso a asesinar a muchos senadores y caballeros romanos para arrebatarles su patrimonio y así resolver su maltrecha situación. Asimismo, gravó con impuestos bodas, prostíbulos y juicios. Además, comenzó a cantar públicamente en los actos del circo ante el pueblo, rebajando su dignidad. Tergiversó muchos testamentos para recibir los bienes que se establecían. Los centuriones devolvieron sus propiedades recibidas en saqueos, y algunos funcionarios públicos fueron multados por corrupción e incompetencia. Se desató una enorme hambruna que asoló el Imperio, debido, según muchos historiadores, al mismo Calígula y sus mandatos. En obras públicas, reconstruyó los puertos de Regium y Sicilia, y terminó el Teatro Pompeyo y el Templo de Augusto. Se construyeron los canales de Aqua Claudia y Anio Novus. Con el ascenso de Calígula, el Senado perdió el poder adquirido con Tiberio, lo que agravó sus relaciones. Ejecutó y humilló a numerosos senadores sin ningún motivo. En el plano militar, Calígula conquistó Mauritania y preparó una invasión a Britania. Desde el año 40, Calígula comenzó a aparecer en público caracterizado como dios o semidiós. Así, construyó tres templos en su propio honor y comenzó a reemplazar a los dioses romanos por su propia imagen. En su vida privada, Calígula fue un verdadero maníaco sexual, embarazó y prostituyó a sus hermanas, e incluso se dice que quiso que Incitato, su caballo, fuera cónsul y sacerdote. Finalmente fue asesinado el 24 de enero del año 41 por Casio Querea, apoyado por el Senado después de un año de homicidios por parte del demente emperador. Obviamente puede que sus actos cometidos fueran gravemente exagerados por los cronistas de la época.
Paginas de Información sobre el tema:
Wikipedia
Buscabiografías
Monedas de Calígula
Entre 38 y 39 se desencadenó una grave crisis económica debido a la quiebra del emperador, quien había vaciado las arcas imperiales en numerosos juegos, banquetes, recompensas monetarias y en la construcción de obras públicas. Comenzó a multar e incluso a asesinar a muchos senadores y caballeros romanos para arrebatarles su patrimonio y así resolver su maltrecha situación. Asimismo, gravó con impuestos bodas, prostíbulos y juicios. Además, comenzó a cantar públicamente en los actos del circo ante el pueblo, rebajando su dignidad. Tergiversó muchos testamentos para recibir los bienes que se establecían. Los centuriones devolvieron sus propiedades recibidas en saqueos, y algunos funcionarios públicos fueron multados por corrupción e incompetencia. Se desató una enorme hambruna que asoló el Imperio, debido, según muchos historiadores, al mismo Calígula y sus mandatos. En obras públicas, reconstruyó los puertos de Regium y Sicilia, y terminó el Teatro Pompeyo y el Templo de Augusto. Se construyeron los canales de Aqua Claudia y Anio Novus. Con el ascenso de Calígula, el Senado perdió el poder adquirido con Tiberio, lo que agravó sus relaciones. Ejecutó y humilló a numerosos senadores sin ningún motivo. En el plano militar, Calígula conquistó Mauritania y preparó una invasión a Britania. Desde el año 40, Calígula comenzó a aparecer en público caracterizado como dios o semidiós. Así, construyó tres templos en su propio honor y comenzó a reemplazar a los dioses romanos por su propia imagen. En su vida privada, Calígula fue un verdadero maníaco sexual, embarazó y prostituyó a sus hermanas, e incluso se dice que quiso que Incitato, su caballo, fuera cónsul y sacerdote. Finalmente fue asesinado el 24 de enero del año 41 por Casio Querea, apoyado por el Senado después de un año de homicidios por parte del demente emperador. Obviamente puede que sus actos cometidos fueran gravemente exagerados por los cronistas de la época.
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Monedas de Calígula
Definición de Imperio Romano
Se llama Imperio Romano a la etapa de la historia
romana, en la que Roma fue gobernada por emperadores. Estos implantaron
el gobierno absoluto, concentrando en una persona todos los poderes:
político, administrativos, religiosos y militares.
Esta etapa se inició en el año 29 a.C. con el gobierno de Augusto (Octavio) y concluyó con Rómulo Augústulo en el año 476 d.C.
El territorio del Imperio Romano abarcaba tres continentes: sur y oeste de Europa, el oeste de Asia y el norte de África. Dentro de sus límites quedaron: Britania, Galia, España, Suiza, los países situados al sur del rio Danubio, Italia, Grecia, Turquía, Asia Menor y el norte de África.
Esta etapa se inició en el año 29 a.C. con el gobierno de Augusto (Octavio) y concluyó con Rómulo Augústulo en el año 476 d.C.
El territorio del Imperio Romano abarcaba tres continentes: sur y oeste de Europa, el oeste de Asia y el norte de África. Dentro de sus límites quedaron: Britania, Galia, España, Suiza, los países situados al sur del rio Danubio, Italia, Grecia, Turquía, Asia Menor y el norte de África.
Introducción del Imperio Romano
El Imperio romano (en latín: Imperium Rōmānum, Senātus Populusque Rōmānus o Rēs pūblica populī rōmānī, entre otros nombres)nota 1 fue el tercer periodo de civilización romana en la Antigüedad clásica, posterior a la República romana y caracterizada por una forma de gobierno autocrática. El nacimiento del Imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al mar Mediterráneo. Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando hasta llegar a su máxima extensión durante el reinado de Trajano, momento en que abarcaba desde el océano Atlántico al oeste hasta las orillas del mar Caspio, el mar Rojo y el golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte. Su superficie máxima estimada sería de unos 6,5 millones de km².
El término es la traducción de la expresión latina «Imperium Romanum», que significa literalmente «El dominio de los romanos». Polibio fue uno de los primeros hombres en documentar la expansión de Roma aún como República. Durante los casi tres siglos anteriores al gobierno del primer emperador, César Augusto, Roma había adquirido mediante numerosos conflictos bélicos grandes extensiones de territorio que fueron divididos en provincias gobernadas directamente por propretores y procónsules, elegidos anualmente por sorteo entre los senadores que habían sido pretores o cónsules el año anterior.
Durante la etapa republicana de Roma su principal competidora fue la ciudad púnica de Cartago, cuya expansión por la cuenca sur y oeste del Mediterráneo occidental rivalizaba con la de Roma y que tras las tres guerras púnicas se convirtió en la primera gran víctima de la República. Las guerras púnicas llevaron a Roma a salir de sus fronteras naturales en la península itálica y a adquirir poco a poco nuevos dominios que debía administrar, como Sicilia, Cerdeña, Córcega, Hispania, Iliria, etc.
Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no solo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado romano.
El Imperio romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Tras la guerra civil que lo enfrentó a Pompeyo y al Senado, César se había erigido en mandatario absoluto de Roma y se había hecho nombrar Dictator perpetuus (dictador vitalicio). Tal osadía no agradó a los miembros más conservadores del Senado romano, que conspiraron contra él y lo asesinaron durante los Idus de marzo dentro del propio Senado, lo que suponía el restablecimiento de la República, cuyo retorno, sin embargo, sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César, Octavio, quien se convirtió años más tarde en el primer emperador de Roma, tras derrotar en el campo de batalla, primero a los asesinos de César, y más tarde a su antiguo aliado, Marco Antonio, unido a la reina Cleopatra VII de Egipto en una ambiciosa alianza para conquistar Roma.
El término es la traducción de la expresión latina «Imperium Romanum», que significa literalmente «El dominio de los romanos». Polibio fue uno de los primeros hombres en documentar la expansión de Roma aún como República. Durante los casi tres siglos anteriores al gobierno del primer emperador, César Augusto, Roma había adquirido mediante numerosos conflictos bélicos grandes extensiones de territorio que fueron divididos en provincias gobernadas directamente por propretores y procónsules, elegidos anualmente por sorteo entre los senadores que habían sido pretores o cónsules el año anterior.
Durante la etapa republicana de Roma su principal competidora fue la ciudad púnica de Cartago, cuya expansión por la cuenca sur y oeste del Mediterráneo occidental rivalizaba con la de Roma y que tras las tres guerras púnicas se convirtió en la primera gran víctima de la República. Las guerras púnicas llevaron a Roma a salir de sus fronteras naturales en la península itálica y a adquirir poco a poco nuevos dominios que debía administrar, como Sicilia, Cerdeña, Córcega, Hispania, Iliria, etc.
Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no solo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado romano.
El Imperio romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Tras la guerra civil que lo enfrentó a Pompeyo y al Senado, César se había erigido en mandatario absoluto de Roma y se había hecho nombrar Dictator perpetuus (dictador vitalicio). Tal osadía no agradó a los miembros más conservadores del Senado romano, que conspiraron contra él y lo asesinaron durante los Idus de marzo dentro del propio Senado, lo que suponía el restablecimiento de la República, cuyo retorno, sin embargo, sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César, Octavio, quien se convirtió años más tarde en el primer emperador de Roma, tras derrotar en el campo de batalla, primero a los asesinos de César, y más tarde a su antiguo aliado, Marco Antonio, unido a la reina Cleopatra VII de Egipto en una ambiciosa alianza para conquistar Roma.
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